Supongamos que toda la familia está de acuerdo (requisito indispensable antes de incorporar un nuevo miembro a la familia) y que estáis seguros de que vuestro hijo estará encantado de tener un perrito, ¿Habéis pensado que:
- es para toda la vida?. ¡No se va a independizar cuando cumpla la mayoría de edad!
- supone un gasto económico nada despreciable: alimentación, veterinario... ? No olvidéis que es un ser vivo, no un juguete, y que come, ladra, defeca...
- tendréis que cumplir con las vacunas obligatorias y ponerle un chip identificador, también obligatorio?.
- tendréis que enseñarle pautas de comportamiento para que vuestra vida no se convierta en un infierno?.
- tendréis que sacarle a pasear al menos dos veces al día, todos los días del año, haga frío o calor.? Y no, no puede salir solo aunque le enseñéis a abrir la puerta y le deis una llave.
- tendréis que castrarle?. Sí, porque todavía no se han inventado los preservativos para perros y vosotros sólo queréis tener un perrito ¿verdad?
- si os vais de vacaciones él se va con vosotros?. En el caso hipotético de que esto no sea posible...
- tendréis que dejarlo con un familiar, un amigo o en una guardería para perros?. Bajo ningún concepto lo abandonareis a su suerte; esto, además de una canallada, es un delito.
¿Os he asustado? No era esa mi intención, sólo quiero que lo penséis bien antes de dar ese paso. Si seguís decididos a adquirir un perro, no lo compréis; son muchas las protectoras de animales que recogen perros abandonados y que estarán encantadas de conoceros y de confiaros a uno de sus protegidos. Y recordad:
¡TENER UN PERRO NO ES UNA OBLIGACIÓN, ES UNA RESPONSABILIDAD!
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